Autonomía Personal
RESUMEN:
Manuel Buitrago, un joven venezolano de 32 años con síndrome de Down, es maestro de niños con discapacidad intelectual, ha estado casado varios años y tiene carné de conducir
Noticia
“Me han exigido como a cualquier otra persona”
Manuel Buitrago, un joven venezolano de 32 años con síndrome de Down, es maestro de niños con discapacidad intelectual, ha estado casado varios años y tiene carné de conducir.
Manuel Buitrago visita estos días nuestro país para conocer de cerca el trabajo que DOWN ESPAÑA desarrolla en materia de educación inclusiva y promoción de la autonomía personal. El objetivo de esta visita es trasladar esta experiencia a la escuela venezolana donde trabaja como maestro de niños con discapacidad intelectual.
Buitrago es todo un referente de integración en Venezuela –al igual que lo es Pablo Pineda en España- pues es Técnico Superior Universitario en Educación Especial, profesión que ejerce desde hace cinco años. “La Constitución de mi país dice que cualquier discapacitado puede ser auxiliar de Educación, siempre y cuando tenga la capacidad requerida para el puesto”, nos cuenta modestamente para restar mérito a sus logros. Ahora enseña a niños con autismo, parálisis cerebral o síndrome de Down a ser lo más autónomos posibles, a exigirse a sí mismos.
Lo singular de su historia es sobre todo su trayectoria personal. “Me casé con una mujer sin discapacidad y he sido muy feliz. Es arquitecto de profesión y siempre me aceptó tal y como era”, explica. Aunque actualmente está separado, reconoce que durante su matrimonio llegó a plantearse ser padre e incluso se realizó un test genético para determinar la probabilidad de que su hijo naciese con síndrome de Down.
Su caso es paradójico pues sus padres descubrieron que tenía síndrome de Down a la edad de tres años durante una visita al oftalmólogo, aunque él no lo supo hasta los dieciséis. Conocer la noticia le permitió comprender sus dificultades de aprendizaje y las razones por las que aprendió a leer con diez años: “Me sentí muy bien después de aceptar que tenía síndrome de Down”, asegura.
Su familia lo trató siempre con la más absoluta normalidad, lo que Buitrago considera que es la clave de su desarrollo. “Me han tratado y educado de igual manera que a mi hermana exigiéndome como a cualquier otra persona”. Cuando era pequeño, continúa, “me llevaron a una escuela de educación especial, pero mis padres comprendieron que ése no era el mejor ambiente”, por lo que terminó sus estudios en la escuela ordinaria.
Buitrago también ha obtenido el carnet de conducir e incluso ejerce como transportista ocasional –práctica habitual en Venezuela- acercando a varias personas hasta su lugar de trabajo. Ha sido empleado en diversas empresas, como McDonald’s (donde fue empleado del mes), Chrysler y Bareca (mensajería) entre otras.