Educación, Formación y Rehabilitacion -> Atención temprana
RESUMEN:
El niño forma parte de un sistema familiar, de una comunidad, de una sociedad: Elementos imprescindibles para su desarrollo personal y social, bajo estos parámetros el niño debe adaptar sus necesidades al contexto en el que vive y no al contrario
RED NACIONAL DE ATENCIÓN TEMPRANA
El Niño
COMO PARTE DE UNA FAMILIA, UNA COMUNIDAD Y UNA SOCIEDAD
La Atención Temprana en este momento no se puede concebir pensando sólo en el niño. Afortunadamente se van produciendo cambios metodológicos con respecto a aquel primer planteamiento paidocéntrico. Actualmente, para comprender qué quiere decir la Atención Temprana es necesario pensar en el niño como parte de un sistema familiar, de una comunidad y de una sociedad, elementos imprescindibles en cualquier intervención.
En este sentido, el Libro Blanco de la Atención Temprana define esta disciplina como “el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar”.
Las intervenciones deben considerar la globalidad del niño, y deben ser planificadas por un equipo de profesionales que tenga en cuenta todas las áreas del desarrollo del pequeño. Es por eso que no hay dos tipos de intervención iguales.
LA ATENCIÓN TEMPRANA DEBE TENER EN CUENTA VARIABLES COMO EL ESTADO EMOCIONAL DE LA FAMILIA, LA ACEPTACIÓN REAL DEL NIÑO, EL APOYO SOCIAL Y LOS PATRONES DE INTERACCIÓN
En esta concepción de la Atención Temprana ya no es el niño con síndrome de Down y sus primeros hitos evolutivos el único objetivo de nuestras actuaciones, pues han quedado obsoletos aquellos programas basados en intervenciones dirigidas exclusivamente al menor. Hay que valorar, además, otras variables de gran relevancia, como el estado emocional de la familia, la aceptación real del niño, el apoyo social y los patrones de interacción. Todo ello ha propiciado un cambio importante tanto en la teoría como en la práctica de lo que hoy se conoce como Atención Temprana.
HAN QUEDADO OBSOLETOS AQUELLOS PROGRAMAS BASADOS EN INTERVENCIONES DIRIGIDAS EXCLUSIVAMENTE AL NIÑO
Tanto el apoyo familiar como la aceptación social han de considerarse fundamentales para contribuir al desarrollo del niño, modular su afectividad, mejorar su autoestima y posibilitar ajustes personales, interpersonales y laborales.
En este nuevo paradigma, resulta fundamental la implicación de los padres y cuidadores. Está altamente documentado y estudiado, y en ello coincidimos todas las personas que trabajamos en el campo de la Atención Temprana, que la estimulación debe estar presente en todos los momentos de la vida de la persona con discapacidad. Se trata de aprender el funcionamiento de la mente y modificar nuestras interacciones para que puedan ser aprovechadas por el pequeño.
En Atención Temprana no se trata de sumar horas y horas de intervención, duplicar o en algunas ocasiones triplicar tratamientos, de manera que niños de apenas un año tengan agendas que a un adulto le cueste seguir. Ni tampoco se trata de hacer del hogar otra sala de estimulación, porque a la larga trae falta de motivación estancamientos e incluso retrocesos por saturación.
Dejemos que los niños se equivoquen y sean espontáneos, pues muchas veces parece que, por el hecho de tener síndrome de Down, no tuvieran derecho a cometer errores y a experimentar. La Atención Temprana, además de la intervención con el niño, consiste en asesorar a la familia y proporcionarla estrategias y herramientas que faciliten una mejor integración e inclusión en todos sus ámbitos de interacción, aprovechando los recursos naturales de su entorno. El niño debe adaptar sus necesidades al contexto en el que vive, y no al revés.
Durante la última reunión de la Red Nacional de Atención Temprana (RNAT), este punto cobró especial relevancia por parte de todas las entidades participantes, coincidiendo unánimemente en la importancia de empezar la Atención Temprana interviniendo con la familia. Además, tal y como afirmaba Carmen de Linares, experta en intervención familiar, desde que se está trabajando de manera más sistemática con las familias, se está notando que sus niveles de ansiedad son menores que con respecto a hace unos años.
SI LAS FAMILIAS NO CONSTITUYEN EL NÚCLEO DE NUESTRAS ACTUACIONES, ESTAREMOS REALIZANDO “OTRA COSA”, PERO NO ATENCIÓN TEMPRANA
La familia, en la actual concepción de la Atención Temprana, es la clave de su conceptualización y el eje programático de su proceso de intervención. La experiencia se reafirma día a día: lo más complicado actualmente es cómo abordar la terapia junto a las familias. Cada día estamos más convencidos, no sólo por la práctica diaria, sino por las múltiples investigaciones al respecto, que si las familias no constituyen el núcleo fundamental de nuestras actuaciones, estaremos realizando “otra cosa”, pero no Atención Temprana tal y como se concibe en la actualidad.
Patricia Míguez Gómez
Coordinadora de la Red Nacional de Atención Temprana.